El autismo (Trastorno del Espectro Autista: TEA) en niñas y mujeres es un tema que está ganando cada vez más atención, debido a las diferencias notables en cómo se manifiesta en comparación con los varones. Durante mucho tiempo, el TEA ha sido diagnosticado principalmente en niños, lo que ha generado un subdiagnóstico en niñas y mujeres. Este retraso o falta de diagnóstico se debe, en parte, a que las niñas tienden a mostrar síntomas más sutiles y a menudo utilizan estrategias para enmascarar sus dificultades.
En este artículo, exploramos las características más comunes del TEA en niñas y mujeres, y por qué es tan importante comprender estas diferencias.
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Mayor habilidad para enmascarar los síntomas
Una de las razones por las que el autismo en niñas y mujeres suele ser menos evidente es su habilidad para camuflar o enmascarar sus síntomas sociales. Muchas niñas con TEA observan a las demás y aprenden a imitar comportamientos socialmente aceptables, aunque no comprendan completamente su significado. Esto puede incluir:
- Imitar gestos o expresiones faciales de otras personas.
- Memorizar reglas sociales y aplicarlas sin realmente entenderlas.
- Hacer un gran esfuerzo por parecer «normales» en situaciones sociales.
Aunque estas estrategias les permiten encajar mejor en ciertos entornos, implican un gran agotamiento emocional, ya que requieren un esfuerzo continuo para ajustarse a las normas sociales. Esta capacidad de adaptación es una de las razones por las que muchas niñas pasan desapercibidas en el espectro autista.
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Intereses restringidos pero socialmente aceptables
Otra característica del autismo en niñas y mujeres es la presencia de intereses restringidos, pero que suelen ser más socialmente aceptables que los de los varones. Mientras que los niños autistas pueden tener obsesiones por temas específicos como los trenes o los dinosaurios, las niñas suelen mostrar intereses intensos en áreas que son vistas como más «normales», como la literatura, los animales o personajes de películas. Esto puede hacer que sus obsesiones sean menos obvias. Sin embargo, estas niñas dedican mucho tiempo y energía a estos temas, mostrando un enfoque inusualmente detallado y absorbente.
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Dificultades sociales sutiles
Aunque las niñas y mujeres con autismo también experimentan dificultades en las interacciones sociales, estas suelen ser menos evidentes que en los varones. A menudo, pueden tener una o dos amistades cercanas, lo que puede hacer que sus dificultades pasen desapercibidas. Sin embargo, pueden tener problemas como:
- Dificultad para entender el lenguaje corporal, las expresiones faciales o el tono de voz de los demás.
- Sentimiento de ser «diferentes» o de no encajar, lo que les genera ansiedad en situaciones sociales.
- Problemas para mantener conversaciones, especialmente si no están relacionadas con sus intereses específicos.
A pesar de estos desafíos, las niñas con TEA pueden ser vistas como «tímidas» o «introvertidas», lo que contribuye a que no se les identifique correctamente como parte del espectro autista.
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Vulnerabilidad emocional: ansiedad y depresión
Muchas niñas y mujeres con TEA experimentan problemas emocionales, siendo más propensas a desarrollar ansiedad y depresión. Esto puede deberse a la presión constante por encajar socialmente y a la frustración por no entender ciertas normas o expectativas sociales. Además, el esfuerzo constante para camuflar sus síntomas puede generar un agotamiento emocional significativo. La ansiedad social es especialmente común en niñas con TEA, ya que pueden temer no ser aceptadas o cometer errores en interacciones sociales.
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Dificultades en la comunicación
Aunque las dificultades en la comunicación también están presentes en niñas con autismo, estas pueden ser más sutiles que en los varones. Las niñas con TEA suelen tener un lenguaje más desarrollado, pero esto no significa que no enfrenten desafíos. Algunas de las dificultades comunes incluyen:
- Tomar el lenguaje de manera literal y no comprender bromas, ironías o sarcasmo.
- Dificultad para iniciar o mantener conversaciones que no estén relacionadas con sus intereses específicos.
- Repetición de frases o temas de conversación, lo que puede parecer extraño a sus pares.
Estas dificultades pueden ser percibidas simplemente como «peculiaridades» y no necesariamente como parte del TEA, lo que contribuye a que el diagnóstico sea tardío.
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Preferencia por rutinas y resistencia al cambio
Al igual que los varones, las niñas y mujeres con autismo suelen mostrar una preferencia por las rutinas y una resistencia al cambio. Sin embargo, pueden adaptar mejor sus comportamientos para ajustarse a las expectativas sociales. Aun así, cuando se interrumpe su rutina o enfrentan cambios inesperados, pueden experimentar altos niveles de ansiedad o malestar emocional. Esto puede manifestarse en irritabilidad o necesidad de controlar su entorno para sentir una mayor estabilidad.
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Sensibilidad sensorial
Las niñas y mujeres con TEA suelen tener una hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial que puede afectar su vida diaria. Aunque pueden disimular sus reacciones sensoriales en público, en casa pueden evitar ciertos alimentos, ropa o ambientes debido a las incomodidades sensoriales. También pueden experimentar molestias significativas por sonidos fuertes, luces brillantes o texturas incómodas, pero tratar de ocultar su incomodidad en situaciones sociales para no destacar.
8. Diagnóstico tardío o incorrecto
Una de las mayores dificultades para las niñas y mujeres con TEA es que, debido a sus síntomas más sutiles y a su capacidad de adaptación, a menudo son diagnosticadas más tarde o reciben diagnósticos incorrectos. En muchos casos, se las diagnostica con ansiedad, depresión o trastornos alimentarios antes de considerar el TEA. Esta demora en el diagnóstico puede hacer que no reciban el apoyo necesario en etapas cruciales de su desarrollo.
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